EL CUIDADO DE LOS PIES EN TIEMPOS DE PANDEMIA

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Dr. Carlos Grekin

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EL CUIDADO DE LOS PIES EN TIEMPOS DE PANDEMIA

Aunque en la pandemia de covid-19 solo se habla de salud, hay muchas enfermedades y condiciones que pueden pasar desapercibidas y a las cuales se les debe prestar gran atención, ya que un descuido podría ocasionar una visita a la sala de urgencias de una institución de salud.

El cuidado de los pies no se escapa de esta situación, y mucho más ahora, cuando se acaba el aislamiento obligatorio y se inicia el aislamiento selectivo.

Ahora que se pasa más tiempo en casa se piensa que lo más cómodo es estar descalzo, en calcetas o pantuflas y esto realmente no es correcto. El caminar descalzo predispone a contraer alguna infección por gérmenes llevados de la calle a casa; adicionalmente, el pie está más expuesto a traumas por no estar protegido.

En ese sentido, se recomienda que el calzado, además de ser protección para disminuir el impacto cuando ocurre un trauma, ayuda a mantener estables las articulaciones y los puntos de apoyo del pie, especialmente si el tipo de calzado que se usa son zapatos deportivos ya que son la mayor tendencia.

Esto es más importante aún si padecemos de alguna condición como talalgias (dolor en talones), metatarsalgias (dolor plantar en antepié), deformidades de los dedos menores que producen queratosis (callos), dolor o pie diabético en riesgo, entre otras patologías.

 

¿Qué hacer en casa para cuidar correctamente los pies?

 

Comienza por recordar la importancia de una revisión periódica con tu Podológo, esta revisión debe realizarse sentado y con buena luz, después de haber realizado el lavado adecuado de sus pies. Durante ella se buscarán grietas, queratosis (callos), heridas plantares o interdigitales y zonas de durezas que puedan estar afectando la calidad de vida.

Más allá de eso, se debe seguir un lavado de pies a diario con jabones neutros. Y en el mismo sentido, debe haber un secado muy exhaustivo, especialmente en la zona interdigital, con una toalla delgada o toallas de papel.


Como es de suponerse, las uñas también entran en este cuidado de los pies. El corte, por ejemplo, debería hacerse después del lavado de los pies; y si son uñas delgadas, lo mejor es usar tijeras romas, mientras que si son uñas gruesas, la recomendación es usar alicates profesionales para esta zona. Esto siempre y cuando el paciente no sea diabético o adulto mayor o que tenga dificultad de visión, caso en el que se recomienda la atención de una podóloga.

En los cuidados también entra la hidratación, aplicando diariamente cremas o lociones humectantes e hidratantes en una capa fina mediante un masaje ligero en planta del pie, dorso y toda la pierna hasta la rodilla. Lo ideal sería una crema a base de urea.

Las medias o calcetas deben preferiblemente ser de algodón, hilo o lana, para que absorban el sudor diario, y deben cambiarse diariamente. Y el calzado no debe estar ni demasiado apretado ni suelto; su interior debe ser 1 a 2 centímetros más largo que el propio pie y la anchura interna debe ser igual al ancho del pie en el lugar de las articulaciones de las falanges metatársicas.

 

¿Qué no hacer?

 

El cuidado de los pies en esta época incluye varias acciones que deben evitarse porque, así estén llenas de buenas intenciones, al final pueden perjudicar esta zona. Por ejemplo: no se deben utilizar objetos cortantes para retirar queratosis (callos); como hojas de afeitar, tijeras o limas y evitar las “autocirugías”. Tampoco se deben aplicar remedios caseros o pomadas callicidas (no indicadas por el médico), ya que éstas son excesivamente abrasivas.

Se debe evitar tratar por propia cuenta las heridas, fisuras, hongos y demás sin antes consultar a un médico. Y si la persona sufre de neuropatía por diabetes o problemas de columna, nunca se deben calentar los pies con una fuente de calor directa.

Asimismo están contraindicados cepillos o guantes de crin o piedras pómez o cuchillas para remover durezas; baños prolongados, fricción con la toalla al secarse entre dedos, corte con tijeras puntudas, aplicar crema humectante entre los dedos, comprar plantillas que no sean recomendadas por un profesional médico (en este caso por un Traumatólogo Ortopedista) y desencarnar uñas (uñas encarnadas), pues esto podría lastimar o causar infecciones.


Autores:

Marcela Arriagada Stuardo

Podóloga Clínica

Doctor Carlos Grekin

Nutriólogo

 
 

 

 

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